Desde hace unos años se está viendo un pequeño cambio a la hora de consumir y producir en el sector textil (y menos mal). Como sociedad estamos intentando alejarnos de la moda circular, es decir, de la moda de usar y tirar. Para reducir el impacto de una de las industrias más contaminantes del mundo (concretamente la segunda) se están empezando a utilizar distintos materiales más sostenibles debido a su creciente demanda en el mercado.
¿Qué es el algodón orgánico?
El término ‘orgánico’ hace referencia a la forma de cultivar la materia prima. Una materia prima orgánica se consigue: cuando se usan semillas que no son genéticamente modificadas y en la ausencia de uso de pesticidas, que pueden resultar dañinas para la salud de los agricultores, los trabajadores y de las personas que vistan la prenda final.
También hace referencia al tinte y a la impresión de la prenda. Se deben tener en cuenta compuestos cancerígenos, alérgenos y materiales pesados. Está prohibido realizar tratamientos que introduzcan compuestos sintéticos como los tratamientos antibacterianos, y otras prácticas dañinas para los trabajadores y el medioambiente.
¿En qué se diferencia el algodón convencional del algodón orgánico?
El algodón convencional representa el 3% de la tierra cultivada en el planeta y en este se utiliza el 25% de los pesticidas empleados en la agricultura a nivel mundial. Aproximadamente el 50% de los cultivos utilizan agua de regadío, en muchos lugares con escasez de agua.
En el caso del algodón orgánico, supone un 94% de emisiones de gases invernaderos menos. En su cultivo se utiliza fertilizantes naturales como el compost y controla plagas para el mantenimiento de los cultivos, favorece la rotación de cultivos y el equilibrio de los ecosistemas.
¿Cómo diferenciar el certificado del algodón orgánico en el etiquetado de la prenda?
No existe un consenso acerca de las certificaciones textiles. Las certificaciones textiles más comunes a nivel mundial son las siguientes:
1. Global Organic Textile Standard (GOTS)
Certificado líder de fibras orgánicas a nivel mundial. Está apoyado por certificaciones independientes que estudian la cadena de producción. Garantiza que no se utilicen insecticidas, pesticidas, herbicidas ni semillas genéticamente modificadas.
Esta certificación cubre criterios medioambientales y sociales. Prohíbe sustancias y materias como metales pesados tóxicos. Para poder poner esta certificación: GOTS tiene que auditar la cadena de producción, es decir, cuesta dinero poder incluir esta certificación en la etiqueta del producto. Cada certifiación tiene un código que se pone tanto a la etiqueta externa como a la interna.
2. Certificación ‘FAIRTRADE’
Indica que el algodón, la materia prima, está extráida y comercializada de una forma ética y justa. Solo se puede utilizar este certificado si la cmposición del 100%. Tiene como objetivo facilitar el cambio de la industria textile a través del programa FairTrade Textile Programme.
3. Organic 100 Content Standard (OCS)
Se aplica a cualquier pdocut no alimentario que contenga un 95-100% e mateira orgánica. Verifica la presencia y cantidad de materia orgánica en un producto final y hace un seguimiento del flujo de mlas materiasp rimas desde su origen al producto final.
4. Better Cotton Initiative
Esta certificación es un gran producto de marketing más que una certificación real. Este certificado no significa que le producto esté hecho con algodón BCI ni se puede ofrecer su trazabilidad, significa que ese producto está hecho por una marca que invierte y apoya la producción de algodón que propone BCI. Esta certificación se puede usar con un mínimo de 10% de algodón proveniente e BCI y con vistas a conseguir producir con al menos el 50% de algodón BCI en cinco años.
Better Cotton Iniciative no ofrece trazabilidad de su algodón, ya que en el momento de ser hilado ya se han mezclado con el algodón convencional. Es una cortina de humo para que la industria de la moda rápida haga creer a sus consumidores que están apostando por materiales 100% orgánicos pero en realidad no es así.
Todavía nos queda mucho camino por recorrer y muchas cabezas que concienciar.